Description
Esta carita, de expresión tan dramática que casi parece la de uno de esos peluches tristones que son todo ojos, pertenece a una «personajilla» del refugio llamada Chincheta.
Ella apareció abandonada escondida en unos matorrales en un monte. A pesar de que tuvo que haberlo pasado mal, no guarda ningún resentimiento hacia las personas, al contrario, es una de las perras más sociables, cariñosas y zalameras que hayamos conocido nunca.
Chincheta es una perra especialmente sensible e «intensa». Si al caminar por el refugio no la ves, y sin querer la empujas un poquito, se lamenta como si le hubieras pasado por encima. Podría parecer que es teatro, y un poco sÍ que puede que sea, pero principalmente se debe a que es una perra muy delicada, muy frágil, que lo siente todo muy intensamente.
Ella es una perra-lapa que nos persigue todo el tiempo y busca afecto constantemente. Su ansia por gustar, todo lo que se esfuerza porque llamar nuestra atención y que le hagamos caso, delata lo esperanzada e ilusionada que está con conseguir que llegue por fin esa persona especial que se la llevará a casa, y la rescatará de un refugio lleno de perros donde ella está segura de que no pinta nada.
Sin embargo, es sólo cuestión de tiempo que inevitablemente llegue el momento de la resignación, es algo bueno, pero al mismo tiempo doloroso de ver. Es triste observar como algo se quiebra en su alma, y sus ilusiones se evaporan como si fueran de agua. Algo importante se pierde cuando un perro abandonado abandona la esperanza de dejar de serlo.
Chincheta quiere salir hoy aquí para deciros que quiere encontrar una buena familia antes de que se apague el brillo de sus ojos y la resignación se instale en su alma.
Se entrega desparasitada, vacunada, esterilizada, y con microchip.