Description
A esta perrazo tan guapísimo muchos de vosotros ya lo conocéis aunque penséis que no, se llama Musgo y es el hermoso animal en que se ha convertido el cachorrito del mismo nombre que fue adoptado en nuestro refugio hace ya varios meses.
Ahora con poco más de 1 año de edad se ve obligado a volver a empezar de nuevo por problemas humanos que nada tienen que ver con él.
A esta perrazo tan guapísimo muchos de vosotros ya lo conocéis aunque penséis que no, se llama Musgo y es el hermoso animal en que se ha convertido el cachorrito del mismo nombre que fue adoptado en nuestro refugio hace ya varios meses.
Ahora con poco más de 1 año de edad se ve obligado a volver a empezar de nuevo por problemas humanos que nada tienen que ver con él.
En estos meses ha crecido mucho pero no ha cambiado nada, sigue siendo el cachorro dulce, tranquilo y cariñoso que en su día conocimos.
Si hubiera que describirlo con una palabra, ésta sería sin duda: BUENO, porque él es lo más bueno que hay a este lado de la frontera, un pedazo de pan de enormes proporciones.
Musgo es un jovencito muy tranquilo para su edad; sociable con machos, con hembras, con niños, y en general con cualquier cosa viva; es paciente, dulce y atento; deseoso de aprender y delicado a pesar de su tamaño.
Somos de la firme opinión de que todos los perros, al contrario que los humanos, mejoran con la edad, pero Musgo es difícilmente mejorable, ya es perfecto tal y como es, un peluche gigante de pelo negro azabache y desobedientes orejas que nunca nada malo ha hecho en su vida, ni siquiera tiene la típica rebeldía adolescente, es ya un “hombrecito” sensato y cabal, carente de pillería, orgullo o sentido de la propiedad alguno.
Un noble gigante que confía tanto en el ser humano que da por bueno todo lo que hagamos por ridículo que sea, es todo él un hombro seguro y confortable en el que descansar, todavía huele a bebé y si cierras los ojos y lo abrazas sentirás que por fin estás en casa.