Description
A Pista la abandonaron atada a un árbol en un monte cercano a nuestro refugio. Su dueño, como buen cobarde, prefirió tirarla y deshacerse rápido de ella, a la espera de que alguno de nosotros la encontrase. Así fue como apareció Pista en nuestras vidas, enredada hasta el cuello en una cuerda, totalmente desesperada. No sabemos las horas que la pobre pasó en ese estado, pero por la cara de alivio que puso al vernos creemos que no debieron de ser pocas. Pista nos ganó a todos desde el primer minuto, tanto a humanos como a perros, siempre respetando a los demás, sociable, cariñosa, y extremadamente noble. Es de esas perras que no sería capaz de hacer daño a nadie, transparente como el agua, y que le gusta agradar más que nada en el mundo a aquel que está a su lado. Ahora sólo necesita a una persona que la quiera y la respete como ella sabe hacer, y volver a recuperar la felicidad que un día le arrebataron.
