Hay seres tan especiales que cuando llegan a una protectora de animales abandonados lo llenan todo de luz. Ese es el caso de Bimba, esta mestiza de ojitos tristes que vivía encerrada en un zulo sin apenas luz, ni agua, ni comida, y que llegó a nuestro refugio gracias a una vecina que denunció la situación.

Se nos parte el alma pensar en el miedo y el sufrimiento que tuvo que pasar Bimba todos esos días de encierro.  Es por ello que llegó al refugio aterrorizada, sin saber donde se encontraba, ni quienes eran esas personas que de repente aparecían en su vida. Todo era nuevo para ella, y nunca olvidaremos su forma de mirarlo todo, entre miedo y sorpresa, incertidumbre y curiosidad.

Han pasado pocos días, pero Bimba nos ha abierto su corazón de par en par. Como los brotes en primavera, ha empezado a repartir un cariño tímido y sumiso, cohibido y temeroso, pero terriblemente sincero y tierno. A veces nos dan ganas de gritarle, ¡Bimba ya eres libre, no tengas miedo nunca más!

A Bimba le rompieron el corazón en mil pedazos, estamos poniendo todo de nuestra parte para pegar las piezas y reconstruir su alma, pero para terminar de repararla necesita un hogar. Una familia para esta abuelita que le dé seguridad, que la respete y la cuide como se merece, pero sobre todo, con mucho amor.

Sexo:

Hembra

Tamaño:

Mediano

Edad:

Senior

Esterilizado:

Si