Kigo llegó a APADAN procedente de una de las perreras de Ourense junto a Haiku y Kirei. Los tres habían sido recogidos de una finca en muy malas condiciones, tenían dueño pero no familia, y la falta de cuidados los hizo desconfiados con las personas.
Las primeras semanas se escondían ante nuestra presencia, metidos y acurrucados debajo de las cunas, solo querían desaparecer. Con el paso de los días empezaron a sentir curiosidad, y poco a poco se fueron acercando, con comida rica y mucha paciencia, empezaron a aceptar el contacto humano.
Tras casi dos meses de trabajo, Kigo ha evolucionado mucho, aunque todavía se muestra muy desconfiado y miedoso con los desconocidos. Ha aprendido a caminar con correa por los alrededores del refugio, y empieza a aceptar nuestras caricias. Sabemos que a partir de ahora el trabajo en una casa es fundamental, por eso buscamos una familia con mucho tiempo y paciencia, sin niños ni mucha gente en casa, en una vivienda tranquila lejos del ruido y las aglomeraciones, para terminar de recorrer ese camino que ha empezado en el refugio.
Kigo tiene apenas dos añitos, pesa solo 7 kg, es sumamente bueno, juguetón, y tragón como ninguno. Se lleva bien con otros perros y es muy simpático.
Por desgracia, sufre babesia, una enfermedad transmitida por las garrapatas que ya padecía cuando llegó al refugio, y que necesitará de un control veterinario para asegurarse de no haya nuevas recaídas. Pero con cuidados, podrá hacer vida normal durante muchos años.
Si quieres abrirle las puertas de tu hogar a este enano achuchable ¡escríbenos!
