Description
Hace un tiempo llegó a nosotros un “chuchillo” común que había aparecido vagando sin rumbo por una aldea. No era ni grande ni pequeño, ni joven ni viejo, de ninguna raza o un poco de todas, desde luego tenía todas las papeletas para convertirse en un habitante permanente del refugio, un invisible hacia el que la gente mira pero nadie ve.
Además era un animal con un comportamiento algo extraño, errático, más perdido y asustado de lo normal. Tardamos algo en darnos cuenta de que ese pobre perro tan potencialmente invisible era además totalmente ciego. Sus dos ojos estaban irremediablemente perdidos, el diagnóstico fue: cataratas, desprendimiento de retinas, corneas opacas y glaucoma. Uno de ellos no le molestaba pero el otro le dolía terriblemente y fue necesario extraérselo. Le hemos bautizado como Topo y nos hemos comprometido con él a ser sus ojos, a llevarlo de la mano, velar por su seguridad y, dentro de lo posible, apartarle del camino los obstáculos que pudieran hacerle caer.
Los primeros días se asustaba cuando le tocábamos, no nos conocía ni podía saber cuál era nuestra intención, podíamos querer hacerle daño y él se sabía muy indefenso. Pero sus recelos ya pasaron y se ha entregado totalmente, ha puesto su vida en nuestras manos, sabe que le queremos bien y se esfuerza por confiar, es reconfortante pero también una gran responsabilidad. No nos gusta prometerles nada que sea muy probable que no podamos cumplir, así que no le hemos prometido que le encontraremos un hogar apropiado para él, sólo que lo intentaremos, y en eso estamos…
Topo es un animal que provoca una ternura infinita, tan decidido que sigue adelante a pesar de no saber a dónde va, tan valiente que tropieza y sigue andando sin una queja. Cómo un niño pequeño que empieza a andar y a pesar de caerse mil veces reacciona con ese gesto orgulloso de “¡dejadme solo que yo puedo!”.
Topo no es consciente de tener ninguna discapacidad, él está perfecto, es el mundo el que está raro y no anda bien. Y puede que tenga razón, sus ojos jamás podrán vernos pero su corazón si que nos ve perfectamente. Y vosotros, ¿podéis verlo o será cierto que está condenado a ser otro perro invisible más?